Gelatinas de frambuesa

Gelatinas de frambuesa

Gelatinas de frambuesa

Resultado de proceso de escritura libre o escritura automática, porque a día de hoy me cuesta saber la diferencia entre ambas. Jueves 21 de Octubre de 2021, sí, tengo la manía de escribir los meses en mayúsculas. Esto también es automático. Os dejo con el resultado.

Escritura libre, escribir por escribir y plasmar directamente lo que que se te pasa por la cabeza. Sin pararte ni un segundo a reflexionar o a pensar o a preparar las frases que van saliendo. Simplemente salen y se escriben solas, bueno, ayudadas por el tecleo, claro está. Que magia no hacemos.

Y seguimos escribiendo sin sentido. Una vez pensaba que esto era fácil, que simplemente había que ponerse y ya está, me refiero a lo de escribir en general. Pero la verdad es que no lo es, no todo es difícil pero muchas cosas son más difíciles que fáciles, reconozcámoslo, sobre todo al principio.

Los principios dan mucho miedo a veces, y a veces también ilusión. Pero esa ilusión es simplemente una escafandra que nos ponemos para que la gente no nos vea la cara de terror. Reconozcámoslo también de una vez.

A veces pienso que las ranas vuelan y que esto es absurdo. Cuando como gelatinas me siento culpable porque llevan edulcorante, pero el sabor me tiene enganchada. Y es una mierda muy grande porque unas puñeteras gelatinas me están haciendo replantearme muchas cosas.

Ahora que estoy con el tema de los instintos, estoy viendo que quizá estoy muy absorbida por el instinto conservador y que, justo por eso, mi instinto transmisor está arrancando como una moto vieja que suelta gases tóxicos, de esos por los que Volkswagen se metió en un lío que no veas. Otro días os explico lo de los instintos, que es una movida nueva que estoy aprendiendo.

Y puede ser que sea así y que parte de mi estabilidad emocional actual esté aposentada sobre una gelatina de color fambruesa. Pero si os soy sincera, es que ahora mismo mi vida va tan rápido que no me extraña que mis pilares se hayan convertido en eso, en gelatina. Porque es imposible vivir a este ritmo y estar bien de la azotea, o al menos sentirte estable.

El otro día hablaba con mi profesor de inglés si ahora sentía este ritmo trepidante porque quería seguir haciendo todo lo que me gustaba pero con la mitad de tiempo libre. Y puede que sea eso.

Pero por ejemplo, en la cocina, que ya sabéis que soy pesada con esto, he tenido que cambiar patrones y comprar comida precocinada. Sacrilegio. Unas pechugas de pollo ya hechas que me como pinchadas en un tenedor, cocer un cartón de huevos, lechuga y queso. Y así en bucle porque no hay mucho tiempo para más.

Ah! bueno, y la gelatina, que parte de todo esto ha empezado por ella. No le restemos protagonismo.

Al final esto de la escritura automática no está tan mal, y quizá tenga incluso que agradecer a la empresa de las gelatinas que haya caído en su vicio inmundo para poder llegar a esta conclusión/reflexión de que a veces la vida va muy rápido y quieres que pare.

Pero si te hacen elegir ¿qué quieres soltar?. Porque para parar hay que soltar. Y tú coges y respondes: «¡No suelto nada! Todo esto es mío y no quiero soltar nada». Y entonces ves que la vida levanta su mano y alza el «dedo palabrota» como le dicen aquí en inglés -swear finger-, y te hace una peineta de mil maravillas.

En el trabajo quiero gritar y mandar todo a la mierda. Me estoy enfadando mucho esta semana, pero claro, no lo digo. Y no lo digo porque no viene al caso, porque en el fondo son chorradas mías, de esas que me gusta quejarme y que en otro tiempo me han causado más de un problema.

Ahora, como las pillo a tiempo, simplemente me desahogo en casa un poco y se me pasa, suerte que tengo de no trabajar en una oficina, que si no mis compañeros pensarían que estoy loca. Porque un poco sí lo estoy, y a mucha honra, que a veces hace falta ser un poco diferente.

Pues eso, que no tanta rigidez y tanta tontería, que me vuelvo muy tiquismiquis con las cosas. Que si no me han dicho por favor, que si me lo han pedido mal, que si no se han explicado, que si así no se puede… Una mierda convivir con esta exigentona que tiene que estar todo a su gusto. Señorita Rottenmeier de mierda. Ya basta.

Y si no, me viene la que se duerme trabajando, porque se aburre soberanamente, y es que algunos trabajos son aburridos, no me digáis que no. Me refiero a tareas, no a trabajos en sí. Aunque también hay trabajos aburridos, claro. Pues sí, y yo literalmente me duermo encima del ordenador haciendo algunas tareas. Y no, no es porque me baja el azúcar, es porque me levanton a las 5 de la mañana y como no tenga cosas que hacer de súper concentración, pues me duermo.

Sí señor, a las 5. Me levanto y punto. Y me pongo a mover el culo. Y cuando no puedo moverlo, me pongo a trabajar, porque sí, tengo que trabajar cuando hay paz en casa, cuando las niñas duermen, ven la tele o están en el cole. Si no lo que hago es marear.

Y si no tuviese tres monstruas a las que dar de desayunar, hacer la comida y preparar para el cole, tenedlo claro, NO ME LEVANTARÍA A LAS 5. Ni de coña. Sería una persona mucho más normal.

Pero tengo crías a las que regurjitar gusanitos del gaznate.

Y hoy, hoy Manuela quería dormir conmigo, y hemos dormido fatal. A las 3 se ha despertado por tener sed y ya no hemos pegado ojo, bueno, ella sí porque se ha ido a su cama y ha dormido, pero yo no, yo me he quedado ahí comiendo techo. Porque yo en cuanto me desvelo ya se acabó. Es una mierda. Así que hoy a las 4:20 estaba haciendo sentadillas. ¿Cómo te quedas?

Visto así, hasta me deprime. Pero te digo una cosa, cuando lo primero que hago en el día es moverme, luego me encuentro genial. Eso sí, me vienen mis bostezos a las 11 de la mañana que podrían hasta operarme las amígdalas. ¡Y encima no puedo tomar café porque si no no duermo!… Paradojas, ¡si ya no duermo!

En fin. El caso es ese, que esta historia no la puedo alargar mucho más. Ahora estoy en el coche, esperando a que mis hijas salgan de Teatro, que les gusta mucho y se lo pasan muy bien. Y entonces yo aprovecho y comienzo el artículo de la semana, que es algo en lo que me he comprometido, «al menos un artículo cada dos semanas, Ana» me digo. Porque yo procrastino, y más cuando estoy sobreviviendo, que no viviendo, que es lo que estoy haciendo esta semana.

Y es que escribir me gusta, me relaja, contar mis cosas, dejar que aparezcan las frases en mi cabeza, retocarlas… Pero a veces, estás tan cansado que no sale, y por eso como no salía nada hoy, he hecho escritura automática y me ha salido esto.

Bueno, y porque la entrevista que tenía preparada la he tenido que posponer.

Así que esto es mi tema de estas semanas, que estoy cansada, que necesito vacaciones, que mandaría todo a la mierda, pero que es la vida y que no quiero soltar nada… Pero eso sí, los días de vacaciones me los tomo, y eso significa perderse un poco, no levantarse a las 5 y cambiar de hábitos súpermegaproductivosyeficaces a hábitos un poco más hazloquepuedasquesonsólounosdías.

Acabo de terminar mi segunda gelatina. ¡Prometo no comprar más! Si os pica la curiosidad es este veneno adictivo.

Imagen destacada: Jeremy Bezanger on Unsplash

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