Cuando eres hermana mayor en vez de madre

Cuando eres hermana mayor en vez de madre

Hay momentos en esto de la maternidad que se me pasa por la cabeza la pregunta ¿qué es ser madre?. Aún yo siéndolo me cuesta darle respuesta. Ser madre es tantas cosas por un lado… Y por otro sólo una cosa te convierte en ella. Es como muy rayante.

Yo, que parece que tengo una fácil tendencia a darle vueltas a las cosas, me encuentro muchas veces en la situación de sentirme «poco madre». Sí, es como si mi concepción de maternidad estuviese más elevada, y la miro desde abajo, como cuando un hijo pequeño mira a sus padres. En plan: «¡uoouuu! qué alto eeeeereeees». ¡Qué gracioso!.

No me lo tomo a mal, ni a modo de autoexigencia, ni mucho menos. Me lo tomo como curioso, como algo a investigar. Cuando pienso en mi madre la siento tan madre… Es como que yo nunca me veré así. ¿A vosotros padres o madres os pasa? ¿A vosotros no padres o madres pero con capacidad de proyectaros os pasa? Me encantaría saber si a alguien le pasa lo mismo, la verdad.

¿Por qué puede pasarme esto?

En el fondo de mi ser sé que soy una eterna adolescente.

  1. Porque sigo siendo bastante inestable emocionalmente -y no lo digo a malas, es la realidad y estoy bien con ello-
  2. Porque realmente así me siento, así me veo. Aunque sé que tengo un lado muy maduro y muy racional, también, somos un mix
  3. Porque tengo el sol en la casa 5 -para expertos en astrología-
  4. Porque soy Cáncer, que también son los niños… -también para expertos en astrología-

En fin, tengo mil excusas.

Por otro lado, y desde que empecé a investigar el tema de la menstruación -ya estoy viendo como los chicos dejan de leer en esta parte-, estoy empezando a hilar fino y resulta que cuando menos madre me siento es en la etapa preovulatoria -tacháaan-. ¡Qué fuerte!.

Mira al final de este post cuando es la etapa ovulatoria y empieza a conocer tu ciclo tú también.

La Etapa Preovulatoria

La etapa preovulatoria es una etapa en la que las energías masculinas -por llamarlas de una manera entendible- salen más a la luz. Es una etapa muy mental, muy de seso racional, una fase en la que dejamos de lado la intuición y las emociones y nos tiramos a la piscina de la actividad analítica y física.

Es una etapa en la que si tenemos personas a nuestro cargo, puede que seamos menos empáticos, pacientes y atentos. Esta fase preovulatoria está muy bien porque tienes una energía muy guay, te sientes bien, pero también puede ser extremadamente frustante si no sabes equilibrarla.

Es muy importante darte el gusto de actividades físicas y al aire libre. Esta etapa necesita ese equilibrio y os aseguro que cuando te das el permiso es impresionante lo mucho que ayuda.

También tienes que aprovechar y hacer todas esas tareas de planificación y estudio en esta fase preovulatoria, estamos súper racionales y tenemos mucha capacidad analítica.

Sí que es verdad que si estás en un trabajo monótono o que te aburre, esta fase te puede resultar incómoda, ya que estar ocho horas haciendo algo que no te motiva cuando estás a full de energía es como de locos.

¿Cómo vivo la Etapa Preovulatoria como madre?

Os vais a reir pero hay momentos en esta fase de la indomable -como la llaman también las expertas-, que me siento hermana mayor de mis hijas. Es como si mamá -no yo-, me hubiese mandado cuidarlas.

A mí se me cae el mundo encima porque yo quiero irme de afterwork con mis amigas hasta las mil, reirme de todo y mandar al carajo las preocupaciones. Pero sin embargo tengo a tres mocosillas rondándome a toda hora y pidiéndome cosas.

En vez de fruta les llevo chocolate para merendar porque «no me ha dado tiempo» a hacerles la merienda -estaba pensando en otras mil cosas que tenía que hacer-. Mi lenguaje con ellas está repleto de frases como «hija, búscate la vida un poco» o «cuando haya sangre me avisáis» o «pues te aguantas, ¡ea!» o «chei, no me mareéis».

Hay otra parte que es muy divertida, y es que les hago muchas bromas. Les tomo el pelo, como lo haría su hermana mayor. Y me rio mucho, ellas también. Lo malo es cuando ellas no me siguen el rollo, claro.

Pero lo más impactante de esto es que, de verdad, me siento poco madre, me siento hermana mayor. Y está claro que esto no es alarmante, que es un relato que busca sacaros la sonrisa a la vez que daros datos sobre esta fase para las que queráis saber pero… ¿no resulta curioso, interesante, mágico?. Y todo esto dándole vueltas a nuestro periodo, a nuestra sagrada regla.

Os sigo contanto, ¡un beso!

Photo by Ana Francisconi on Unsplash

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