Cuando no estoy de acuerdo

Cuando no estoy de acuerdo

Nos cuesta mucho escuchar y conectar con el otro. Ya sea hablando, contestando comentarios en redes sociales, por mail… A mi me cuesta y creo que a casi todos nos cuesta. Es algo casi normal, por desgracia en algunos momentos.

Mantener una conversación en la que estemos 100% neutrales y en las que estemos 100% receptivos a lo que el otro nos está contando creo que es francamente difícil o incluso imposible. Al final todos somos una amalgama psicológica de tantísimas cosas que no es posible dejar eso a un lado y convertirte en “todo oídos”.

Sin embargo esto se puede mejorar. Hay cursos que enseñan técnicas para aprender a, de verdad, tener una escucha activa y ayudarte a “olvidarte de ti” para “centrarte en lo que el otro dice” de una manera neutral.

También hay artículos, tips y mucha información en internet respecto a esto.

Puedes escuchar el podcast aquí:

Empecé a interesarme sobre cómo mejorar mi escucha con todo el tema de la Disciplina Positiva, de la que ya he hablado alguna vez. Hace unas semanas, además, estuve escuchando una entrevista de Diana Jiménez, de la web y el podcast www.infanciaenpositivo.com a Celia Tejealas, en la que hablaban sobre la Escucha Activa.

A los pocos días ya estaba apuntada al curso online de Celia sobre Escucha Activa. Así soy yo a veces 🙂

De aquella entrevista hubo un punto que me llamó la atención muchísimo, y que además ha estado rondando por mi cabeza como un satélite. Se trata del punto en el que, durante una conversación, no estamos de acuerdo en algo.

Y es que no estar de acuerdo y saber transmitirlo con empatía, cariño y manteniendo la cercanía con el otro y, sobre todo, alejando los pensamientos saboteadores de tu cabeza, es un temazo. Por lo menos, a mí me lo parece.

Lo explico mejor, como ellas lo hicieron.

Cuando estamos en una conversación de amigas, por ejemplo, y ella te cuenta que le han tratado muy mal en su trabajo, y tú estás de acuerdo con que lo que ella describe es, efectivamente, que le han tratado muy mal, le apoyas, asientes, dices cosas como “ya veo, tienes razón, efectivamente, qué fuerte”…

Aquí la pregunta hacia ti misma sería ¿estás validando las emociones de tu amiga o estás validando que tiene razón porque tú también lo piensas así, es decir, porque esa situación de ella coincide con lo que tú piensas?.

Ahora voy a explicarlo al revés, porque quizá se vea más claro al punto al que quiero llegar:

Si tu amiga te estuviese contando el trato que ha recibido, y resulta que en tu escala de valores o bajo tu punto de vista no consideras que le están tratando mal o con falta de respeto, etc… ¿Le dirías lo mismo?.

Creo que no. ¿Qué le dirías entonces, honestamente?

“Yo no lo veo así, creo que exageras, pero chica no es para tanto, no creo que sea así…” Y otros ejemplos que puedan caber aquí.

Pero en este caso ¿dónde está la validación emocional?. ¿Dónde está el validar, el entender, el comprender y dejar que la otra persona exponga realmente cómo se siente, qué es lo que de verdad siente?

Tu amiga sigue sintiéndose mal por cómo le han tratado en su trabajo, y tú en cambio le estás cuestionando su emoción. No la estás validando. ¿Por qué? Porque no estás de acuerdo, porque no coincide con lo que tú piensas.

Y pasas de escucharla a ponerte a ti por delante.

Por eso pienso que no estar de acuerdo es un temazo, porque si te dejas llevar por tus sesgos, cuando estamos hablando con alguien que está recurriendo a ti para contarte cómo se siente y necesita desahogo, pues eres de poca ayuda.

Sin embargo, si aunque no estés de acuerdo validas, aceptas, escuchas sin más, sin cuestionar… Pues la otra persona se siente apoyada y comprendida.

Y luego en otro momento o de otra forma se puede hablar de esos puntos en los que no coincidís. Así en plan debate amigable, distendido, como amigas.

¿Sería genial no?

Somos adictos a nosotros mismos

Esto es el inicio, para que entendáis la situación y para que reflexionéis. Ya os digo que por mi cabeza ronda desde que lo escuché y he tenido unas cuantas situaciones en las que he podido fijarme en esto y en cómo reacciono yo ante estas situaciones.

La Escucha Activa es súper complicada, tienes que estar atenta a muchas cositas que ya hacemos en automático. Pero algún día hay que empezar y espero que en unos años me salga más natural.

El caso es que el otro día tuve una conversación con una persona y pude sentir en mis carnes el estar en desacuerdo, tanto yo hacia ella como ella hacia mi. Y vi realmente cómo nos separábamos en la conversación. ¿Por qué? Porque no pensamos igual, porque somos personas diferentes, criadas en entornos diferentes y con diferentes maneras de ver las cosas…

Y podemos pensar que esto es normal, pero yo no lo percibí así, y menos después de estar leyendo y estudiando todo este tipo de cosas.

Yo aprecio a esa persona, y aunque no sea alguien al que recurriría para recibir consejo a día de hoy, es una persona a la que considero inteligente, buena persona, humilde, cariñosa… Y yo quiero gente así a mi lado, y no creo que tenga que construir muros que nos separen. Todo lo contrario, quiero conocerle mejor, quiero explotar y disfrutar todo lo que tenemos en común.

No quiero fijarme en lo que nos separa, quiero centrarme en lo que nos une.

Y si al tener conversaciones con esta persona encuentro puntos en los que no estoy de acuerdo, no quiero anteponer mi opinión, cerrarme, alejarme de ella y empezar a pensar que esa persona “es así o asá” o que nunca podremos ser más cercanas o entablar más amistad.

Esto no va de ser amiga de todos y de callarme mi opinión real. No. Esto va de no dejar que nuestra mente o nuestra cabeza se anteponga a las relaciones sociales. Va de no tomarse las cosas a lo personal. Va de no creer que tu opinión es la verdad absoluta. Va de poder hablar y debatir cuando es momento para ello, y de poder escuchar y apoyar cuando es momento para ello.

Va de dejar al otro espacio cuando lo necesita. Y va de aprender a comunicar los puntos en los que no estás de acuerdo con asertividad, queriendo unir lazos, en vez de romperlos.

Escucha Activa

Y realmente yo no sé cómo hacer todo esto. Sólo sé que me interesa mucho aprenderlo. Sé que he sentido cómo una mera conversación simple puede separar a personas que podrían estar más unidas y ayudarse y aportarse.

Sé que he notado como mi “ego” o mi mente o mi cabeza se anteponía ante un comentario y saltaba reaccionando ante algo que era pura chorrada. Y sé cómo el “ego” o la mente o la cabeza de la otra persona hacía lo mismo ante un comentario mío.

Sé que pasa, y sé que se puede mejorar.

Cuando aprenda cómo, os lo cuento.

Imagen de portada: Photo by KaLisa Veer on Unsplash

Related Posts
3 Comments

[…] Aquí también recomiendo ver el artículo de «Cuando no estoy de acuerdo» […]

[…] un lado, y como os comenté en el Capítulo 09, cuando escuché a Celia hablar sobre la Escucha Activa hubo algo que me convenció en seguida y me […]

[…] En este post anterior ya os contaba cómo descubrí la Escucha Activa, aunque realmente centraba el tema en una de las llamadas “13 malditas”. […]

Leave a Reply

Your email address will not be published.Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.