Ajuste de rutinas

Ajuste de rutinas

En este capítulo hablamos de las elecciones que hacemos cada día que nos llevan a vivir la vida que de verdad queremos, que nos llevan a ser quiénes somos. Hablamos de las rutinas.
 
En versión #podcast y #vídeo tenéis una reflexión variada en la que hablo sobre mi situación personal presente y cómo voy ajustando y tomando elecciones, sobre Marcos Vázquez de Fitness Revolucionario, sobre Ángel Alegre y sus entrevistas a referentes y sobre un artículo del 2019 en el que hablaba de las rutinas y que he actualizado para la ocasión y que lo tenéis más abajo, después del video.
 
Al final del video también aparece mi hija Paola momentáneamente como invitada inesperada 🙂 
 
Recordad que este podcast lo tenéis en Ivoox, Spotify, Google Podcast, Apple Podcast, Anchor y otras plataformas.
 
Espero que os haga reflexionar.

“The body is built like a sand dune, one grain at a time, not like a wall, one brick at a time. So each day is a microcosm of your whole life. What you eat, think, feel and do is foretelling your future”

 

Deepak Chopra

En ocasiones puede que subestimemos el poder que tiene la cotidianeidad de nuestros actos. Rutinas que inundan nuestra vida sin pararnos a analizar qué nos ha hecho tenerlas tan arraigadas en nuestro día a día.

Las rutinas, como todo, tienen su lado luminoso y su lado oscuro. Realizadas conscientemente pueden ayudarnos a mantener un estado de equilibrio perdurable en el tiempo. Las rutinas no planteadas y no cuestionadas nos llevan, sin embargo, a la inconsciencia, a la desconexión.

Dicen que para integrar un hábito en tu rutina debes hacerlo, al menos, 28 días seguidos. Forzarte a hacerlo. Y tiene todo el sentido del mundo, pues si nunca has hecho, por ejemplo, deporte nada más levantarte, o te fuerzas, o es imposible que salga solo.

Elegir bien qué hábitos incluir a tu rutina diaria -o semanal o mensual- y con qué frecuencia es otro cantar. Con toda la verborrea de internet, los artículos poco contrastados, copy/paste, etc, requiere mucho tiempo de investigación y discernimiento el saber qué es lo que te va a beneficiar a ti.

«Como siempre lo mejor, bajo mi punto de vista, es experimentar y escucharte»

Las rutinas, cuando ajustarlas

Cualquier momento es bueno para reflexionar y ajustar las rutinas. Obviamente hay procesos que necesitan paciencia y recorrido para saber si están funcionando o no. El detonante siempre es sentirte incómodo, estresado o con una sensación de que «algo no está bien».

Otra situación ideal para ajustar las rutinas son las famosas crisis.

Las crisis, aún pasándolo mal o aún siendo incómodas, son momentos importantes. Son situaciones en las que aprendes mucho y muy rápido, si es que quieres.

Las crisis personales, laborales, existenciales, de pareja, etc, ayudan a reajustar las rutinas, los hábitos. Son momentos perfectos para volver a revisar qué hacemos cada día para «estar bien». Ya sea anímicamente, ya sea a nivel corporal, a nivel laboral o a nivel relacional.

Aprender de una situación de crisis y aplicar esos aprendizajes a tus actos cotidianos es, quizá, más sanador, constructivo o inteligente que simplemente saberte conocedora de que «has superado» algo. Que ya no te afecta más.

Las crisis, y sus correspondientes avances posteriores -tarden el tiempo que tarden en ser instaurados- nos ayudan a recuperar un equilibrio en nuestro día a día. Equilibrio cuya finalidad debe ser siempre el llevarnos a un estado en el que nos sentimos más alineados con nuestros valores y, por lo tanto actuamos desde un lugar más coherente.

Buscando la coherencia

«En la elección consciente de nuestros actos cotidianos, de nuestras rutinas, está construida la base que nos sustenta ante las tempestades»

Las nuevas elecciones diarias, como puede ser cambiar de alimentación, dejar de relacionarte con ciertos círculos, desintoxicarse de cierto hábito o ambiente, o poner límites, nos harán recuperar el equilibrio emocional, físico y mental porque nos alineará con nuestros valores.

Puede que al principio nos sintamos extraños, quizá algo farsantes o puede que patosos. Puede que nos requiera un esfuerzo, casi un acto de fe…

Pero si esa elección es consciente, si la hemos tomado desde un estado de calma, bien pensado y con el objetivo de seguir nuestros valores… El resultado llegará de una forma u otra.

Y, además de intentar tomar decisiones alineadas con nuestra brújula interior, ¿qué otras acciones nos van a ayudar a encontrar ese equilibrio, elegir esas rutinas y trabajar esos hábitos? El estar presente lo máximo posible, o al menos intentar ser consciente.

Difícil sí, quizá inalcanzable, pero si lo practicas poco a poco abarcará más momentos de tu día a día.

Ojo, soy consciente de que no podemos estar Zen 24/7, ya sabemos que somos humanos-humanos, y no humanos-monjes.

Y con este ejercicio de consciencia plena, de estar presente, de intentar filtrar tus actos siguiendo tus valores, paradójicamente encontrarás más momentos de crisis en tu vida, porque te abrirás a otras experiencias que te pueden llevar a plantearte de nuevo los hábitos, las rutinas, el día a día…

Así es como el círculo se cierra y la rueda se mueve en una dirección nueva, y cuyo fin es simplemente rodar sin sufrimiento, disfrutando y aprendiendo.

Al final intentar que nuestro día a día esté marcado por rutinas y hábitos que son coherentes para nosotros es un ejercicio de apertura de consciencia sin descanso.

El hábito de analizar

Uno de mis hábitos favoritos es intentar ser analítica y crítica conmigo misma y con mis actos. Siempre desde un lado cariñoso y positivo y con grandes dosis de humildad.

Intentar repasar mis acciones del día, mis elecciones, mis conversaciones y mis pensamientos se ha convertido en un ejercicio que me ayuda a estar más atenta a lo que pasa en mi vida.

¿Cómo? Pues escribo en un diario o reflexiono mientras paseo, corro o voy a hacer recados. Leo libros, medito, contemplo…

Conclusión

La vida son alegrías, aburrimientos, problemas, retos, aventuras, crisis… Como quieras llamarlo.

Hay momentos de satisfacción y triunfo mezclados con situaciones de aprendizaje, frustración y sufrimiento. Quizá esas crisis o problemas vengan derivados de unas rutinas no cuestionadas o conscientes.

Aprovechemos cada momento para volver conscientes nuestros hábitos, darles luz y vivirlos despiertos.

Abandonemos la ilusión de creer que por superar una crisis importante en determinado sector de tu vida, ya no vas a ser vulnerable jamás. Que ya lo sabes todo. Que ya lo tienes superado.

Aprovechemos el impulso para renovar nuestras rutinas. Y es que intentar elegir cada acto del día con atención plena es el ejercicio más importante de nuestro día.

Qué desayuno y por qué, cómo voy al trabajo, qué digo, qué pienso, qué hago… Ahí está el ejercicio. Y luego el análisis de lo ocurrido, el repaso, el momento de aprendizaje y de enfrentar realidad vs expectativas.

Y recuerda, no subestimes lo cotidiano. No esperes a que venga un momento nirvánico en tu vida para activar tu capacidad analítica e intentar redirigir tu atención o volver a ajustar el rumbo. Nunca es tarde.

“Yin y yang, aún manteniendo su contrariedad, están entrelazados constantemente, pues no pueden existir por separado. Su perpetua condición de cambio, hace que cuando un crece el otro decrece, para mantener un equilibrio relativo o transformarse el uno en el otro. No hay nacimientos ni muertes en el universo yin-yang, sino una perpetua condición de cambio y de transformación. La culminación de una de las dos energías corresponde a su derrota y a la victoria naciente de la energía contraria. La hora más oscura es siempre la que precede al alba».

 

Clara Castellotti

 

Imagen del malabarista del #podcast: Photo by juan pablo rodriguez on Unsplash

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3 Comments
Cris Ll.

Que maravilla de reflexión, gracias por hacerme detener un poco el tiempo y replantear las cotidianidades que vemos como normales pero que pueden no serlo. 😘

Gracias a ti Cris, un beso enorme

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