Este sí que es un buen reto. Whole30 con Ana Núñez
En estos momentos que vivimos, con millones de personas bombardeándonos a través de las redes sociales con cómo tenemos que ser, qué tenemos que hacer, qué está bien y qué está mal, que si lo tuyo no es enfermedad mental, que si aquél es tóxico, que si no vistas así y que si no sigues este método nunca llegarás al éxito…
Con este petardeo que cada vez es más infumable, hay una o dos personas que se salvan de la quema. Personas que no hacen Reels con Do’s and Dont’s, personas que no simplifican su mensaje hasta el infinito.
Forman parte del grupo de personas que lo único que pretenden es recordarte que tú eres el responsable de tu vida, y que solamente tú deberías tomar decisiones sobre ti mismo, con criterio propio, con madurez y «con dos ovarios».
Ana Núñez es nutricionista, y aunque lleva una vida bastante activa en Instagram y YouTube, su mensaje es directo, claro, sin rodeos innecesarios pero sin simplificaciones con bailoteo incluido.
Con textos larguísimos que no todo el mundo se para a leer. Con videos eternos que poca gente tiene la paciencia de escuchar. Con una estética que no atiende a modas pasajeras ni a los últimos gritos redesocialeros. Pero con contenido cargado de experiencia, ejemplos, buenas razones, e invitaciones a ser francos y no engañarnos.
Su temática es el bienestar, enfocado desde la nutrición, pero salpicado por otros muchos aspectos como el yoga, la meditación, el análisis de estudios científicos, la difusión de mensajes de otros expertos e incluso la reflexión sobre noticias «de cotilleo» al alcance de todos, diseccionadas hasta el más mínimo detalle para que todos podamos ver sus entresijos y por dónde se cuelan las incoherencias.
Ana y yo quedamos para hablar de un punto que nos unió en su día y que nos sigue uniendo hoy: el Whole30
Un protocolo de alimentación de 30 días que más que un simple sistema de «depuración» del cuerpo, es un reto al que cualquiera que le guste asociarse con términos como «estoicismo» «espartano» «chico/a duro/a» «yopuedocontodo» «quiero mejorarme a mi mismo» «salud y bienestar» «me importa lo que como», etc, debería probar.
Y este reto NO es una dieta para adelgazar. NO es para pasar hambre. NO es para hacerla y apuntarlo en tu lista de tareas y no volver a saber del tema.
Es algo a lo que muy poca gente está dispuesta a enfrentarse.
Antes querrán hacer ayunos, antes querrán bañarse en el mar en diciembre, antes preferirán hacer otras muchas cosas y llenarse de excusas. Porque la realidad es que poca gente quiere enfrentarse a comer comida 100% con forma de comida durante 30 días.
Por muy raro que parezca.
Historias reales escritas para entretenerte
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¿En qué consiste el Whole30?
En este artículo lo expliqué por primera vez, y aquí os dejo la página web oficial.
Y resumiendo os digo que consiste en alimentarse durante 30 días de comida 100% real, excluyendo harinas, granos, legumbres, lácteos y aditivos químicos como por ejemplo los edulcorantes, entre otros muchos.
Tampoco están permitidas las recetas, y este es un punto clave. Es decir, aunque tu pizza esté hecha con coliflor, harina de almendra y tomate, no vale. Para eso te tomas la coliflor al horno, el huevo a la plancha, de guarnición las hortalizas y las almendras de postre.
Os dejo aquí el video y el podcast, y para saber más sobre el tema podéis seguir leyendo debajo.
Escucha el podcast:
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Whole30 y el ayuno de dopamina
Ana Núñez descubrió por primera vez el protocolo W30 debido a que durante muchos años padeció el Síndrome por Atracón. Y, aunque estaba sanado, notaba compulsión ante ciertos alimentos. Investigando cómo abordar este problema, dio con él.
«Descubrí un protocolo que no sólo tenía sentido a nivel fisiológico, sino que también tenía sentido a nivel psicológico, que te podría hacer mejorar mucho en ese aspecto»
El protocolo se basa en una dieta paleo. Esta dieta deja al sistema inmune muy relajado al excluir cereales, legumbres y lácteos.
NOTA: Cuando hablamos de dieta no hablamos de «dieta de adelgazamiento», hablamos de protocolo nutricional.
El ayuno de dopamina también viene cuando sumamos la norma de que solamente se puede comer comida con forma de comida, no se puede imitar el pan, la bollería, las pizzas, etc. Aunque sean con ingredientes permitidos en el W30. Y es que se entiende que estás intentando evocar aquello que realmente es lo que queremos evitar. Pensar en la comida como algo que nos da placer inmediato.
“El W30 te hace enfrentarte a algo tan absurdo como es comer comida. Es darte cuenta de que te quiten la tostada te puede llevar a mucho sufrimiento”
Una de las personas que creó el protocolo pasó por la adicción a las drogas. Es por ello que en este sistema de alimentación se tratan profundamente los antojos y la relación que tenemos con la comida.
“Son 30 días comiendo comida, y cuando ves las reacciones de la gente ante este protocolo, te das cuenta de la dependencia que hay a determinadas formas de alimentación»
Y es que, como bien comenta Ana, para muchas personas, los momentos relacionados con el desayuno, la comida y la cena, son momentos importantes. Son «sus momentos». Y hacer un W30 puede ponerte de frente realidades de tu vida a las que todavía no estás dispuesto a mirar y revisar.
«En lo relacionado con la comida, el umbral de sufrimiento que tenemos es muy bajo»
Qué esperar cuando hacemos un Whole 30
TORTURA CHINA: CAFÉ SOLO Y HUEVOS REVUELTOS
Llega el momento del desayuno o del postre. Café solo, nada de pan, ni yogur ni leche.
Ana nos recomienda estar motivados para comenzar el protocolo. Confiar en que lo han hecho muchas personas y está muy estudiado. Es posible llevarlo a cabo.
Uno de sus trucos es intentar ser autómata. Ceñirse a las reglas sin cuestionarlas y no dar vueltas o gastar energía en encontrar la rendija por la que puedo volver a hacer lo de antes.
¿Si se pueden frutos secos se puede leche de almendra? ¿Si es chocolate 100% puedo tomarlo?
En ese tipo de preguntas es donde se encuentran las resistencias. Son los esfuerzos que hacemos por seguir manteniendo momentos de placer, en vez de aceptar las normas y darte cuenta de las propias excusas.
Y no es porque no sea sano, si no que estamos intentando recrear esos alimentos por hedonismo.
«Las normas están ahí por una razón. Con cada decisión se están reseteando los neurotransmisores para que después seas capaz de disfrutar mucho más de todas las cosas»
ADIÓS PICOTEO
Puede que te hayas encontrado frente a la nevera o la despensa a mitad de mañana. O en la cocina de la oficina dispuesto a hacerte otro café con leche o a pillar algo de por ahí.
Una de las reglas del Whole30 es que debes comer tres veces al día hasta saciarte. Y esa misma regla es la que te va a alejar de ese movimiento casi inconsciente.
Si el desayuno está compuesto por alimentos 100% naturales, debemos aprender a tomarlo hasta que nos sintamos saciados, hasta que sintamos que duraremos hasta la siguiente comida sin problemas.
Pero esto de por sí ya es un reto. Ya sea por nuestro estilo de vida, por el estrés, por cómo nos hemos organizado siempre… El simple hecho de desayunar, comer o cenar suficiente es algo que no nos parece tan fácil.
Según el Whole30, el picoteo entre horas es puro hedonismo. Puede ser evasión, aburrimiento, un gesto ya adquirido… Hay que enfrentarse a no recurrir a la comida como vía de escape.
«Estamos muy acostumbrados a darnos bienestar a través de la comida»
Según Ana, debes entregarte a comer hasta saciarte porque eso mismo es lo que ya te va a quitar muchos antojos.
«No te quedes con hambre, come alimentos con alta densidad nutricial y come hasta saciarte»
EL PODER DE LA PALATABILIDAD
Comentaba con Ana que, cuando hice el primer W30, me di cuenta de lo que me relajaba comer alimentos que fuesen crujientes. No había sido consciente hasta ese momento de que a veces no es tanto el sabor como la sensación de bienestar que también nos produce el masticar. Sobre todo en momentos de ansiedad.
Según Ana, es necesario saber diferenciar lo que es gusto gastronómico de lo que es la palatabilidad, que da como resultado una estimulación del sistema de recompensa instantáneo.
La industria alimentaria sabe perfectamente cómo funciona este mecanismo a nivel cerebral. Por eso fabrican cremas de cacahuetes normales y crunchies, por ejemplo.
La mezcla de harinas, azúcar, sal, texturas suaves, texturas crujientes… Todo está sumamente estudiado para hackear a tu cerebro y para que al final prefieras una Oreo antes que una pera.
¿COMER HASTA SACIARTE NO ES DEMASIADO?
Llevas ya unos días metida en harina, hasta ahora todo ha ido sin mayores problemas, pero llega un momento en el que cenas dos hamburguesas, una ensalada, medio brócoli y de postre te tomas un puñado de almendras.
Miras el plato de tu pareja y es la mitad que el tuyo. ¿No estaré comiendo demasiado?
«Las mujeres en general nos hemos restringido más que los hombres y la realidad es que tenemos la necesidad de muchos nutrientes. Esto sale a la luz cuando haces un W30. Cuando el cuerpo tiene la oportunidad de nutrirse, lo va a hacer»
Al estar en un protocolo en el que todo lo que consumimos es 100% natural, en el que no hay nada químico, y en el que nada ataca a tu sistema inmune, hay que tener confianza ciega en el cuerpo y en lo que pide.
Quizá un día quieras comerte la lubina tu sola, y al día siguiente prefieras no desayunar. Quizá una semana el cuerpo te pida más huevos y aceitunas, para la semana siguiente necesitar más patatas, boniatos o carne. Cuando el cuerpo pide comida y no caprichos, no hay por qué desconfiar.
«Si no te entregas a comer hasta saciarte, el W30 no va a funcionar»
Las comparaciones, aunque odiosas, son inevitables. Como siempre se dice en estas ocasiones, debemos ser conscientes de que comparándote pierdes tiempo en no verte a ti misma y a tus necesidades.
«Parece que necesitamos normas externas, ver los platos de los demás, tenemos en nuestra cabeza lo que debemos hacer, no estamos acostumbrados a fiarnos de nuestras señales de hambre y saciedad. Esto se despierta con el protocolo W30»
Según Ana Núñez, tenemos muchos prejuicios sobre cómo deberia funcionar nuestro cuerpo. Si el cuerpo y los organos funcionan automáticamente sin nuestra intervención, ¿por qué no va a poder lanzar la señal de hambre bien cuando lo necesita?
COMO CON MÁS GENTE Y ELLOS ME PREGUNTAN
¿Quieres pan? ¿Por qué no comes arroz? ¿No te gustan los macarrones? ¡Si he hecho los flanes por ti!
En algún momento va a pasar y te vas a tener que enfrentar a ello. Las recomendaciones de Ana son muy prácticas.
«Diría que hay que tener en cuenta la conciencia de quien te lo pregunta, porque hay personas que de verdad nunca se han preocupado por lo que comen y no lo van a hacer. Eso no se lo cuestionan. Y esas personas tienen simplemente curiosidad porque no lo entienden. No tienen intención de atacarte»
Por otro lado nos recuerda que no tenemos por qué contar a nadie las verdaeras razones, puesto que es algo privado y si no nos apetece, no tenemos que obligarnos. Hay que aprender a poner límites con asertividad.
«Lo más importante es que tú sientas que lo que estás diciendo es tú verdad»
Las personas que no ponen límites quizá es porque tienen esa falta de seguridad en sí mismos y en lo que están haciendo.
«Cuando una persona empieza a cambiar la alimentación y ve que influye en su estado de ánimo, ya se convence de que no va a dejar que nadie le toque esa parte, porque tiene derecho a sentirse bien»
SI COMO MUCHO ¡VOY A ENGORDAR!
Pese a que el Whole 30 NO ES UNA DIETA DE ADELGAZAMIENTO, muchas personas tienen ese pensamiento automático, cargado de miedo, que sale espontáneo y sin poder evitarlo de ningún modo.
Y es normal, pues es fruto también de lo que hemos estado viendo desde pequeños. Que si los gorditos del cole eran objeto de burla, que si tu padre te llamaba culo gordo, que si tu tía te cogía el michelín en las comidas navideñas, que si tus amigos babeaban por las modelos. Es completamente normal.
Pero ya somos mayorcitos ¿verdad?
«El W30 habla de los beneficios de tu salud pero no de la estética corporal. Es lo más relativo a salud fisica y mental y coherente que he escuchado en mi vida»
En el Whole 30 no puedes pesarte ni pesar la comida ni nada relativo a esa tendencia de controlar nuestro físico. Es un protocolo de desintoxicación, de tratar de relajar al sistema inmune y de centrarte en cómo te relacionas tu con la comida.
«En el W30 te desinflamas, es raro ganar peso o sentir que se gana peso. Pero pongamos el caso de que sea una persona que viene de comer poco y la primera reacción del cuerpo es esa, pues hay que aceptar que es parte del proceso y confiar en que tu propio cuerpo hace las cosas bien»
Ana también nos alerta de que ese pensamiento puede ser la idea de que estás engordando, pero no la realidad. Puede ser algo que solamente esté en tu cabeza.
Y nos recuerda que, en cualquier caso, para aquellos que estén con ese pensamiento recurrente, la desinflamación es un paso necesario para que se pueda mover el tejido adiposo, aunque no es ese el objetivo del W30.
«Es una pena que no sepamos valorar el bienestar del cuerpo y nos fijemos en el peso»
LOS BENEFICIOS
El gran beneficio del Whole 30 es el silencio del cuerpo.
A veces asumimos determinadas cosas que nos pasan, que si granitos, que si pequeña barriga abultada, que si hinchazón o rojeces. Y cuando estás bien te das cuenta de la diferencia.
El bienestar digestivo también es uno de los grandes beneficios. La dieta paleo, según cuenta Ana, es de por sí una dieta que sienta bien a todo el mundo. Pero ella insite que, a largo plazo, cuanto más variada sea tu alimentación, mejor. Además, dentro de los grupos de alimentos, no todos son iguales.
Con el Whole30 bajamos el nivel de actividad de nuestro sistema inmune, y entonces el sistema nervioso tiene más capacidad y energía para trabajar. El resumen de todo es ese finalmente. Con un cuerpo libre de ataques, los mecanismos naturales funcionan sin ningún tipo de problemas y las reacciones inmunológicas se reducen al mínimo.
Pero también hay beneficios a nivel psicológico. La reducción de antojos, una mayor confianza en uno mismo a la hora de decidir qué alimentos escoger o no, una mayor conciencia a la hora de reconocer qué es lo que me sienta mejor y qué es lo que me sienta peor. Y la sabiduría de saber cuándo tu cuerpo está en silencio y cuando no.
HAN PASADO LOS 30 DÍAS, ¿Y AHORA QUÉ?
Es el momento de la reinserción en la sociedad. El mismo protocolo ya trae un sistema de reintroducción en el que se van incluyendo poco a poco los alimentos restringidos y uno puede ver cómo le afectan.
«Yo creo que no hay problema en seguir con un W30 durante más tiempo, pero hay que flexibilizarse en el aspecto social sobre todo»
En cualquier caso, tras un W30 se pueden ver diferentes reacciones:
«La persona que acaba el protocolo pensando en comerse una pizza, es que no lo ha aprovechado», nos comenta Ana.
La persona a la que le da miedo reintroducir alimentos, por ejemplo, habría que ver si el miedo es por reacciones inmunitarias o por otra cosa.
Si es por reacciones inmunitarias, o porque tienen antinutrientes, por ejemplo, Ana recomienda que sepamos ver la parte buena de los alimentos.
«La dieta variada te da una microbiota variada y te va a dar más opción de nutrirte completamente en cualquier circunstancia»
Ana nos recuerda que los alimentos, aunque sean 1005 naturales, no sólo tienen sustancias buenas, también tienen tóxicas, así que si comes lo mismo siempre puedes tener problemas. Abrir la mano en ese proceso es beneficioso.
«Si toleras otros alimentos tienes más variedad y esa es mejor opción»
También se puede dar el caso a alguien que no quiera dejar el W30 por miedo a engordar. Y aquí, de nuevo, recordamos que este protocolo no está pensado para nada relacionado con la estética corporal.
En este caso Ana nos recomienda no engañarnos a nosotros mismos, asumir que tenemos ahora mismo esa problemática y trabajar en ella para poder aprender poco a poco que nuestra salud debe estar por encima de cualquier objetivo estético que nos haga perjudicarnos a nosotros mismos.
Quiero agradecer a Ana Núñez su implicación en este capítulo. Podéis encontrarla aquí mismo: