Si una frase puede definir a Isabel, es la de «el que la sigue la consigue».
Isabel Ballenilla es mi hermana y una de las personas de las que más he aprendido en estos últimos 10 años. Puede que no haya sido un aprendizaje al uso, de hermana mayor a pequeña, y es que estaría mejor decir que ha sido más bien un aprendizaje a través del juego de los espejos.
Isabel lleva en el ADN una vida vinculada con la naturaleza, en la que las cosas sencillas, las pequeñas rutinas, el cuidado de la alimentación, el cuerpo y los pensamientos es esencial. Una vida en la que la incertidumbre está a la orden del día.
No siempre supo vivir en coherencia con ésto, más bien empezó a sentir que lo necesitaba después de viajar a Argentina y vivir una serie de sucesos en su Alicante natal.
Estos acontecimientos le llevaron a tomar decisiones para perseguir aquello que, sin estar 100% segura del resultado, su corazón le pedía.
Movida por la motivación de vivir «al otro lado del charco» se mudó con su familia a Costa Rica. El día de la entrevista lleva más de tres años en ese país y la incertidumbre sigue governando su día, pero ahora la vive desde otro lado.
Si quieres conocer más su historia te invito a que escuches esta entrevista entre hermanas. Espero que la disfrutéis.
Sigue a Isabel en Instagram: https://www.instagram.com/isabelballenillam/
Esta misma tarde he grabado una entrevista con mi hermana Isabel, el mismo día del noveno cumpleaños de Julieta, mi hija mayor.
Y, parece que no, pero tiene su vinculación -a parte de ser ella su tía, claro-. Y es que cuando fui madre me di verdadera cuenta de que trabajar con Isabel era lo que me iba a ayudar a dar un giro a mi vida.
Hace 10 años yo trabajaba en una Agencia de Publicidad y creía que «lo estaba haciendo bien», veía claro el camino. Realmente lo que estaba claro es que era un camino trillado y muy esperable.
Cuando tuve a Julieta y me reincorporé al trabajo después de unos 6 meses de baja supe que debía dejarlo, que eso no era para mí. Ya no.
Por aquél entonces ya colaboraba con Isabel en sus proyectos, y ella me había insinuado de trabajar juntas pero… Yo no lo veía. Mi camino trillado me parecía más seguro.
Pero cuando eres madre… a veces las cosas cambian -y no solamente los horarios, el cuerpo y esas cosas-.
Recuerdo sentarme en la silla de la que era mi oficina, encender el ordenador, ver el escritorio y decirle a mi compañero Pau: «tengo que salir de aquí, esto ya no es para mi».
Dicho y hecho, llamé a Isabel y empezamos a dar forma a lo que sería después nuestra empresa.
Y bueno, hoy la he entrevistado, y ella está en Costa Rica, yo estoy en Gales, y han pasado muchas cosas en medio.
Hemos tenido muchísimas historias juntas, hemos hecho cosas muy chulas juntas, hemos trabajado mucho, también hemos discutido, hemos superado situaciones complicadas… Y ahora nuestra relación es otra.
Seguimos trabajando juntas, nos conocemos mucho, nos comprendemos, nos apoyamos, nos animamos…
Isabel es una de las personas de las que más he aprendido en estos últimos 10 años. Puede que no haya sido un aprendizaje al uso, de hermana mayor a pequeña, más bien se puede decir que ha sido un aprendizaje a través del juego de los espejos.
Os acerco su historia porque creo que es digna de ser escuchada, de corazón. Para mí es todo un lujo estar rodeada de personas tan inspiradoras como ella.
Como os cuento en la descripción del capítulo, el lema de mi hermana es el de «quien la sigue la consigue». Escuchad la historia y lo entenderéis.
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