Luto por lo que fue

Luto por lo que fue

En Gales todavía hay relativa normalidad a día de hoy, pero ya comienza el cierre de colegios, universidades, espacios públicos, etc. Es extraño vivir esta situación «con una semana de retraso» teniendo de cerca los testimonios de familiares y amigos que, de alguna manera u otra, ya te pusieron «en guardia».


Reconozco que a ratos navego por emociones de pánico y miedo. Comento con amigas lo fácil que se puede disparar esa emoción y lo rápido que inunda tu cuerpo. Respirar y centrarme en el presente me ayuda.

Por otro lado vivo con una ilusión grande la experiencia del «home schooling». La vamos a empezar este lunes y tengo que reconocer que estoy como una niña con zapatos nuevos. Me parece un reto muy interesante y motivador.

Pero lo que más me está llamando la atención es la sensación de luto que tengo. Desde hace días hay como una nube, un halo, llámalo como quieras, que me transmite luto, despido, decir adiós.

Decir adiós a lo que fue, a lo que tuvimos, a cómo entendíamos las cosas, a cómo nos relacionábamos… Y no digo que las cosas no vayan a volver a ser como eran, la verdad es que no lo se ni es algo en lo que piense mucho. Pero tengo esa sensación muy presente.

Adiós y gracias. Serviste pero te vas. Llega lo nuevo. Digámosle hola, acojámoslo. Sea lo que sea. Con aceptación y con nuestra mejor actitud. Con expectativa y curiosidad.

Leyendo el libro de Yuval Noah Harari, «Sapiens, de animales a dioses», no puedo evitar hacer una reflexión sobre nuestro tránsito en este planeta. Cuando él comenta la esclavitud a la que nos sometió la agricultura y después la industria. La idea que plantea de que pensando que trabajando un poco más tendríamos la vida más fácil. Y las consecuencias reales de esta decisión que acabaron esclavizándonos como sociedad.

El olvido de la «buena vida» por el objetivo de la «vida segura».

Lo que estamos viviendo es una consecuencia de nuestros actos pasados, de nuestras decisiones. Igual que les pasó a nuestros ancestros. Algo que parece, sin duda, el camino que tenemos que recorrer para crecer como especie. No en número, sino en consciencia.

Y no siento esto como «una reprimenda», sino como una certeza neutra, como parte de nuestra historia, de nuestro camino.

La responsabilidad llama a nuestra puerta individualmente. La creatividad también. Cómo manejemos esta situación a nivel personal es lo que importa, y es lo válido. No hay reglas, no hay modos comunes consensados, no hay sistema. Hay individualidad, elección, decisión personal y familiar.

Celebremos la oportunidad de dirigir nuestro propio día a día. Abrámonos a lo que viene sin miedo, sin juicio y sin expectativa.

Photo by Nathan McBride on Unsplash

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