Andre Agassi y Rafa Nadal, comparativa de personalidad

Andre Agassi y Rafa Nadal, comparativa de personalidad

Andre Agassi y Rafa Nadal: comparativa de personalidad

Os voy a hablar de Rafa Nadal y Andre Agassi, dos tenistas completamente diferentes en los que podemos ver dos modos de cómo filtrar la realidad y afrontar la vida.

A veces se suele decir que realmente todos somos iguales, y esta generalidad, cuando queremos realmente descubrir nuestra personalidad, no ayuda en nada.

Hay patrones y tendencias que ganan por goleada en la personalidad de uno, que no lo hacen en la personalidad de otro.

Y hay comportamientos que, siendo parecidos, su finalidad es distinta. Es decir, nuestra conducta puede ser parecida, pero el objetivo a conseguir puede ser completamente diferente.

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Andre y Rafa

 

Rafa Nadal eligió ser tenista, con 11 años le dejó bien claro a su padre, después de perder un partido en septiembre, que le importaba un pito haber pasado las vacaciones de verano más impresionantes con sus amigos, el dolor de haber perdido como había perdido no tenía consuelo y no quería volver a vivirlo.

Andre Agassi odió el tenis desde el primer minuto, y aquello es lo que se repetía en su cabeza una y otra vez. Su padre decidió por él y le entrenó desde muy pequeño. Hasta le construyó una máquina lanzabolas con el objetivo de que el chiquillo devolviese 1 millón de tiros al año. El padre llevaba un hacha en el coche, con este dato digo mucho.

 

«Cuando entré en el mundo del tenis, era como la mayoría de los críos: no sabía quién era y me rebelaba cuando los mayores me decían quién era. Creo que los mayores cometen constantemente ese error con los jóvenes: los tratan como productos acabados cuando, de hecho, están en proceso» Andre Agassi

 

Rafa sabía que era un competidor nato. Él no jugaba para divertirse ni a las canicas. Él siempre quería ganar, ganar y ganar. Es una filosofía de vida que le hacía mostrarse frío en todos los juegos. Su familia se alarmaba con la seriedad con la que se tomaba ese tipo de cosas.

Andre se intentó rebelar de múltiples maneras. Con su estilo de vestir, bebiendo, drogándose y siendo irreverente. Pero una y otra vez, las personas a su alrededor le recordaban el talento que tenía, la gran habilidad para jugar al tenis, lo mucho que podría conseguir.

Andre deseaba cambiar de rumbo, dar un portazo y olvidarse del tenis, pero no tomaba ninguna decisión por sí mismo. Se hizo profesional a los 16 años. Ahí supo que sería tenista, pero no por elección propia.

 

«Me llaman rebelde, pero yo no tengo la menor intención de serlo, y sólo participo de una rebelión adolescente normal y corriente. Son distinciones sutiles, pero importantes. En el fondo, no hago más que ser yo mismo, y como no sé quién soy, mis intentos por averiguarlo son erráticos, raros y, claro está, contradictorios. Me resisto a la autoridad, experimento con la identidad, envío mensajes a mi padre, me rebelo contra la falta de libertad de elección en mi vida. Pero ahora lo hago a una escala mayor. A los dieciocho años, con mi melena de mechas decoloradas y mis vaqueros cortos, mi primer look inconfundible» Andre Agassi

 

Toni Nadal trabajó la mentalidad de juego de Rafa hasta extremos inimaginables. Le hizo ser un estoico, aguantar todo, no mostrar emociones en la pista, le enseñó a defusionarse de sus pensamientos y de sus emociones. Le ayudó a construir una barrera entre lo que la mente dice y el cuerpo ejecuta.

 

«Durante un partido estamos en lucha permanente por mantener a raya las debilidades de la vida cotidiana, por contener las emociones humanas. Cuanto más contenidas estén, más posibilidades de ganar habrá» Rafa Nadal

 

«El que consigue aislarse mejor de sus miedos y de los altibajos psicológicos que genera inevitablemente una competición, es el que termina siendo número uno del mundo» Rafa Nadal

 

La familia de Rafa no celebraba las victorias del chiquillo, su tío Toni lo tenía prohibido. A Rafa se le trataba como uno más. Por mucho que se muriesen de ganas sus padres,  hermana y tíos de alabarle sus victorias, se tenían que aguantar. “Todavía no ha conseguido nada” decía su entrenador.

 

«Aprendí que hay que perseverar siempre, que por muy remotas que parezcan las probabilidades de ganar, hay que pujar hasta el límite de las propias fuerzas y probar suerte… La clave de este deporte se encuentra en la mente; y si se tiene la mente despejada y fuerte, se puede vencer casi cualquier obstáculo, incluido el dolor. La mente puede vencer a la materia» Rafa Nadal

 

Andre perdió la mayoría de partidos que perdió, seguramente, por no saber hacer lo que hacía Rafa. Sus emociones y sus acciones eran inseparables. Si se sentía abatido por perder un punto decisivo, caía en barrena y se dejaba llevar por su frustración y angustia. 

De ser el favorito pasaba a ser un pelele. Sus partidos eran una completa lotería. Cuando todo acababa, Agassi se martirizaba, se llenaba de vergüenza, no lograba entender qué pasaba y se narcotizaba con comida basura. Nada en su vida parecía tener sentido.

 

«No gasto la energía necesaria. Siento una extraña clarividencia sobre mi falta de esfuerzo; es falta de inspiración. Así de simple. No la cuestiono. Ni me molesto en ahuyentarla. Mientras Krickstein corre, salta y lo da todo, yo me limito a observarlo sin gran interés. Sólo a posteriori es cuando se instala en mí la vergüenza» Andre Agassi

 

Rafael ha conseguido, con ayuda de su familia, una vida ordenada, sencilla, rutinaria, que le permite dedicarse al 100% a su profesión. Su gente es la gente de Manacor, se rodea de los suyos, le gusta vivir sabiendo que todo está bien engrasado, que las cosas funcionan sin muchos altibajos.

 

«Un sorbo de una botella, otro sorbo de otra. Luego dejo las dos botellas a mis pies, delante de la silla, a mi izquierda, una detrás de la otra, en sentido oblicuo al lateral de la pista. Algunos lo llamarían superstición, pero no lo es… Es una forma de situarme yo en el partido, de poner orden en mi entorno para que se corresponda con el orden que busco en mi cabeza» Rafa Nadal

 

Andre es un romántico, una persona que vive intensamente sus emociones. De pequeño bromeó con un amigo que Brooke Shields sería su novia. Fue su primera mujer. Antes de Brooke, también soñaba con Steffi Graff, le parecía la mujer más guapa del mundo. Fue su segunda mujer y madre de sus hijos.

Andre no es que no quisiera una vida sencilla, es que por su propia manera de ver las cosas, hacía que su vida fuese una montaña rusa.

Ambos fueron número 1 del tenis mundial. Ambos llegaron alto. Si Andre hubiese tenido la personalidad de Rafa, a pesar de su contexto, a pesar de tener un padre como el que tuvo, a pesar de coincidir en su carrera con Pete Sampras… André hubiese cosechado otros éxitos. Aunque quizá su día a día hubiese sido una tortura, quien sabe.

En una entrevista le preguntaron a Andre, ¿cuál es el mejor recuerdo de tu carrera? Y él respondió:

 

«Lo que más me enorgullece es haber sido capaz de ir de la cima al lugar más oscuro y luego volver a la cima. Esto me hizo empezar de cero, volver a conocerme y aprender todo de nuevo» Andre Agassi

 

Puede que a Andre le hubiese venido bien alguien que le orientase en su vida a nivel psicológico. De hecho mantenía a su lado a aquellos amigos que consideraba «apoyos emocionales». Con ellos hablaba abiertamente de sus setimientos y les pedía ayuda. Pero las preguntas de Andre no eran fáciles de contestar.

 

«Me paso varias horas pateando las calles de Palermo, tomando café solo, muy fuerte, preguntándome qué coño me pasa. Lo he conseguido. Soy el mejor jugador de tenis del mundo, y sin embargo me siento vacío. Si ser el número uno me hace sentir así, ¿qué sentido tiene serlo? ¿Por qué no me retiro y punto?» Andre Agassi

 

El caso es que cuando Andre comenzó a hacerse responsable de su vida, cuando por fin entendió a grandes rasgos cómo funcionaba él. Cuando entendió para qué quería vivir, es cuando empezó a ganar más constantemente.

Y para llegar ahí tuvo que tocar fondo.

Agassi, días antes de cumplir los treinta y tres años, se convirtió en el jugador de más edad que ha alcanzado el puesto número 1 del ranking.

 

«Tenía 27 años cuando me di cuenta de que podía jugar para mí, para mi propio placer y no como una obligación. Hasta entonces siempre había creído que la única respuesta posible a lo que me pedían era ganar. En este punto, literalmente había caído en un lugar muy oscuro y tenía que tomar decisiones importantes que cambiarían el resto de mi vida» Andre Agassi

 

Agassi acabó su carrera como el 8º tenista con mayor número de Grand Slams, junto a Jimmy Connors e Ivan Lendl. El último lo consiguió en el 2003 en Australia con 33 años. Se retiró en 2006 totalmente machacado por las lesiones.

Andre era igual dentro y fuera de la pista. 100% emociones. Necesitaba darle sentido a todos los eventos de su vida.

 

«Aprendí a dar mi brazo a torcer, a hacer algo que no quería hacer, a llevar la ropa que no quería llevar -se refiere al uniforme blanco de Wimbledon-) y a sobrevivir. Además, por más que el tenis no me guste, ese juego es mi casa. De niño odiaba mi casa, y entonces tuve que irme y empecé a echarla de menos. En las horas finales de mi carrera, ese recuerdo me atormenta» Andre Agassi

 

En uno de sus libros autobiográficos que el periodista John Carlin escribe sobre Rafa Nadal, se muestra muy bien la doble tendencia del tenista. Por un lado un guerrero en la pista, por el otro una persona insegura, con ciertas manías curiosas y una unión a su familia y a su gente -bajo mi parecer- un tanto extrema. De hecho necesita que alguien de su familia esté en su partidos para poder mantener su orden y poder centrarse en el partido. En este video podéis ver un fragmento de lo que comento en entrevistas que le han hecho a lo largo de su carrera.

Puede que en Rafa no veamos las excentricidades de Agassi, el cual por ejemplo fue expulsado de partidos por insultar a los árbitros. Puede que las excentricidades de Nadal sean más privadas.

Puede que pensemos que de aquí hasta el día que nos deje, Rafa llevará una vida estable y ordenada, que es lo que aparenta, claramente. 

Pero la realidad es que no lo sabemos. Y a mi no me extrañaría que tenga, haya tenido o tendrá, situaciones en las que sacarán a relucir una versión de sí mismo no tan popular. Quizá nunca la conozcamos. Quizá esté reservada también para los suyos únicamente.

 

«Sé que cuando mi carrera acabe no seré un hombre feliz y quiero aprovecharla al máximo mientras dure. Cada momento cuenta, por eso me entreno siempre con tanto rigor» Rafa Nadal

 

Andre tiene una personalidad en la que prima la valía, es decir, está centrada en la valoración que su vida y sus actos tienen, lo que él siente. Si siente que todo va bien, entonces tendrá tranquilidad. Si siente que lo que hace no vale o no es suficiente o no está bien visto o cualquier otra cosa, entonces le será cumplicado lidiar con esa sensación.

Por ello para él es importante que su vida tenga sentido, encontrar ese «para qué estoy yo en el mundo» y ser coherente con ese propósito vital. Él necesita mostrarse totalmente «desnudo» ante el mundo, quiere que la gente vea quien es sin etoquetarle. Sin querer cambirale. Eso le hace una persona muy vulnerable, por ejemplo, a la opinión de los demás.

Rafa tiene una manera de ser en la que se puede intuir el control y la planificación. Puede que una de sus obsesiones sea tener todo bajo control, que sus rutinas se cumplan y que los eventos externos alteren lo mínimo posible su status quo.

Puede que para ello no afronte de frente los problemas rutinarios y diferencias que pueda tener con las personas, si no que se enfrasque en sus rutinas, en sus metas y objetivos, en su forma de ver la vida, sin levantar la cabeza y decir lo que siente de verdad.

Por otro lado, según comenta su familia en el libro «Rafa, mi historia», Nadal tiene una faceta de excesiva preocupación por sus seres queridos, así como ciertas manías e inseguridades que en ocasiones le llevarán a una rumia constante sobre el futuro y la seguridad.

Todo esto, entendedme, es mera especulación, ya que, como comento más abajo, a una persona hay que conocerla bastante bien para poder definir sus patrones. Y leyendo libros, entrevistas y viendo reportajes, pues tampoco puedes llegar a conocerlas. Pero me parece curioso.

Andre Agassi y rafa Nadal, comparativa de personalidad
Andre Agassi y rafa Nadal, comparativa de personalidad

Lo que comparten

 

Tienen cosas en común, por supuesto. Su instinto les mueve a avanzar, no son personas que pasan por la vida sin marcarse objetivos. Ambos necesitan sentir que su vida crece, que su vida avanza, que consiguen metas, que escalan montañas y salen reforzados.

Rafa y Andre son deportistas profesionales y, para poder competir al nivel que ellos compiten, necesitan una gasolina natural, algo que nace de las tripas y les empuja a querer conquistar sus metas.

Apostaría que para ambos es importante estar en pareja. Es decir, que de jóvenes seguramente imaginaban sus vidas casados o con pareja, y con descendencia.

Los dos tuvieron entrenadores exigentes que les pusieron al límite, e incluso sufrieron, lo que algunos podrían llamar, entrenamientos excesivamente duros para la edad de aquellos niños.

A ambos se les vio como niños prodigio, como deportistas precoces con unas cualidades innatas para ser campeones.

Rafa y Andre tuvieron que dejar sus estudios para dedicarse al tenis. Si bien Rafa lo hizo por falta de tiempo, entiendo, Andre al principio lo hizo por completa rebeldía.

Ambos tienen una enfermedad relacionada con huesos que no paran de crecer. En el caso de Rafa en el pie, y en el caso de Agassi en la columna. Ambos han jugado partidos con infiltraciones para no sentir el dolor.

Ambos forman parte de proyectos solidarios vinculados con la infancia y con el tenis.

Más sobre Andre

Permitirme que me extienda en la figura de Andre y comente algunos puntos interesantes sobre su personalidad.

Un periodista le preguntó en una entrevista sobre su libro, en el cual Andre habla abiertamente sobre toda su infancia y su carrera profesional. La pregunta fue ¿cómo te sientes acerca de este libro hoy?

 

«Escribí este libro pensando en mis hijos. Siempre han sido mi mayor filtro. Era consciente de que una vez escritas aquellas palabras iban a vivir para siempre. Escribí este libro para entender mi vida, para darle un sentido y con la esperanza de que al leerlo la gente se comprendiera mejor a sí misma. Este libro no trata sobre tenis ni sobre mis hijos. Cuando pienso en el libro, pienso en cada ser humano, en la vida, en etiquetar a las personas, en perdonar y tomar control sobre nuestra propia vida, en nuestros miedos, dudas, preguntas, nuestras victorias y derrotas. De hecho, todo lo que todo ser humano experimenta a lo largo de su vida»

 

Aquí vemos dos palabras reveladoras como son: «dar sentido» «conocerse a sí mismo», que también podemos leernas en algún momento en sus comentarios que he dejado al inicio del artículo.

Andre Agassi dejó patente en su biografía cual fue, o es, su principal escollo: su identidad.

Conocer quién era, para qué hacía lo que hacía y por qué tomaba determinadas decisiones, fueron sus principales perturbaciones.

Lidiar con sus estados de ánimo, encontrar un equilibrio y coherencia en su vida, ser 100% él mientras trataba que la opinión de los demás, de la prensa y de los suyos, no le afectase.

En otra entrevista André admitió:

 

«He alimentado un odio secreto y oscuro hacia el tenis toda mi vida. No tuve la oportunidad de vivir mi propia vida»

 

Otra pregunta fue, ¿cómo se convirtió Andre Agassi en la persona que es hoy?

 

«Tarde o temprano, la vida te hará humilde. Muy a menudo la vida te hace vulnerable y cuando estás expuesto te enfrentas a profundos problemas. Mi perfeccionismo atormentado en un mundo donde es imposible ser perfecto me ha convertido en la persona que soy hoy. La humildad te enseña a luchar desde muy joven para hacerte entender esto. Para mí, esto sucedió a los 27 años, un momento determinante en mi vida. Y desde entonces nunca dejé de aprender todos los días. Hoy todavía. Es una lucha continua para asegurarte de que tu vida refleje en lo que crees»

 

Más que un perfeccionismo tal y como lo entendemos la mayoría de las personas, en esta respuesta opino que Andre realmente quería hablar sobre la «perfecta» coherencia entre lo que crees, lo que eres y lo que haces. Que efectivamente es imposible que sea perfecta, pues todos tenemos contradicciones.

La frase de «asegurarte de que tu vida refleje en lo que crees» es un claro ejemplo de lo anterior. Que tus actos reflejen tu esencia, tu forma de ser, tu personalidad.

Más que un perfeccionista, que en cierto grado sí lo es, diría que Andre necesitaba entender sus contradicciones, su manera de ver la vida. Su alta emocionalidad le hacía una persona inestable y eso le generaba la sensación de «no estar bien» de «tener una tara».

Entiendo perfectamente que, después de sus vivencias, y sobre todo de sus aprendizajes, Andre quisiera escribir un libro sobre ello, pues apuesto que para él fue un modo de perdonarse a sí mismo.

Como curiosidad os cuento que, en su biografía «Open», Andre habla abiértamente de su padre entre otras personas, y la verdad es que asusta. Al parecer el padre nunca leyó el libro, y le dijo personalmente: «No leeré el libro, sé lo que hice para convertirte en un campeón»

Notas

 

Soy consciente de que, en lo relativo a la personalidad, es complicado establecer el límite entre nuestra genética, nuestra psique y nuestro entorno. Somos seres complejos, y son múltiples las variables que afectan a nuestra manera de interpretar la realidad y comportarnos.

También sé de buen grado que, basándome en obras biográficas y entrevistas, nunca podré realmente conocer las motivaciones personales de estos dos grandes deportistas. La manera de relatar sus propias vidas ya está, de por sí, vinculada a sus particularidades y a su manera de filtrar lo que sucede.

Este tipo de artículos no intenta analizar hasta el más mínimo detalle, simplemente está pensado para curiosos, para aquellos a los que les resulta interesante el mundo de la psicología de la personalidad.

Bibliografía

 

Rafa, mi historia, de Rafael Nadal y John Carlin.

Open, de Andre Agassi. Escrita por el Pulitzer J. R. Moehringer.

Love means zero

Reportaje

Entrevista

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